sábado, 6 de enero de 2018

TRES COSAS






   Cuando empieza un Nuevo Año,  que casualmente este ha comenzado en lunes –para que luego digan que el lunes es el peor día de la semana- no está demás preguntarse si el año que ha acabado ha merecido la pena vivirlo y que cosas le pedimos  al que comienza.

  Respecto a si el 2017 ha merecido la pena vivirlo es algo personal, en mi caso los ha habido mejores. En general no ha sido un buen año, han contribuido a ello los independentistas, que se han venido arriba y casi nos estropean la llegada de los Reyes Magos. Donald Trump, el Brexit, los atentados del ISIS, la crisis de los refugiados  y el paro han hecho  de 2017 un año para olvidar.

    Respecto al 2018 me he preguntado qué tres cosas no me deberían faltar para ser feliz, o que al menos con ellas pueda tener  suficientes razones  para no sentirme un infeliz. Si os digo la verdad no tenido que pensarlo mucho,  porque si algo nos hace feliz en la vida  no son las cosas materiales, el dinero por sí solo no da la felicidad, son aquellas cosas que se nos escapan de las manos con frecuencia sin que podamos evitarlo las que nos pueden justificar y  alimentar nuestra ilusión.

  La primera es el amor. No se puede vivir sin amor, sin amar y sin ser amado, pues sin  amor la vida es gris y triste como un crepúsculo invernal.  Sobre el amor a los demás decía Jean Paul Sartre: «Trata de amar al prójimo. Ya me dirás el resultado». Y sobre el amor, amor, reflexionaba Antoine de Saint Exupéry: «Amar no es mirarse el uno al otro; es mirar juntos en la misma dirección».  La guinda la puso Julio Cortazar cuando propuso: «Ven a dormir conmigo: no haremos el amor. Él nos hará.».

  La segunda cosa es la amistad. La amistad es uno de esos ingredientes  sin el cual la vida carecería de sabor, sería sosa y aburrida, sin color, pues si hay momentos vividos que siempre recordaremos con nostalgia son aquellos que compartimos con los amigos.  Hay un proverbio chino sobre la amistad que a mí me encanta: «La amistad es un alma que habita en dos cuerpos. Un corazón que habita en dos almas».  Yo no quiero idealizar la amistad, pues como sentimiento humano que es está sujeto a altibajos, pero los amigos siempre están ahí, a veces te incordian, pero te quieren y hacen que te rías a corazón abierto con ellos.  Los amigos son la familia que uno elige.

  La tercera cosa no podía ser otra que la salud.  La salud es una de esas cosas imprescindibles de la vida que paradójicamente solo echamos de menos cuando nos falta, a pesar de lo cual  no solemos cuidarla como se merece. Decía el Mahatma Gandhi que  «La salud es la riqueza real y no piezas de oro y plata»   Y es verdad, sin salud no hay alegría, no hay ilusión, no hay horizontes, sin ella sobra todo. 

  Pues estas tres cosas son las que yo os deseo esta mañana de Reyes, seis de enero, sábado, de 2018.