domingo, 31 de diciembre de 2017

EL TEMA POR EXCELENCIA DE LA VIDA (O DEBIERA SER)




   A veces ocurre que uno quiere escribir algo y a tu cabeza solo acuden ideas confusas y difusas que se entrecruzan entre sí, como si las envolviera una niebla fría e impenetrable. Para aclararse un poco, y abrirse paso entre la espesura, piensa en los temas de todos los tiempos que han inspirado a los grandes y a los pequeños escritores,  y  te topas con los mismos de toda la vida: la vida, la muerte, el amor, el odio, el paso del tiempo, los viajes, la avaricia, la hipocresía, la envidia, la traición, la soberbia, la inocencia…

    Antes de llegar a tu destino le das un repaso al tema de tu propia vida. ¿Cuál es el tema de mi vida? ¿Qué tema ha desarrollado uno a lo largo de su vida que destaque sobre otros? ¿El amor? ¿El odio?¿El egoísmo? ¿La generosidad? ¿La soberbia?... ¿El pesimismo? ¿El optimismo? ¿Lo apolíneo? ¿Lo dionisiaco?...

   Y así, avanzando en la oscuridad en busca de la luz, te preguntas  ¿cuál es el tema que predomina en la vida?  Y aquí, para ver luz acude uno a las grandes obras de la literatura. Por ejemplo a  «La Celestina», una de las obras cumbre de la literatura española y universal, y a «El Quijote», que supera a la anterior en universalidad y riqueza. En la primera  nos topamos con la codicia, la lujuria, la astucia, la traición, el amor,  la muerte… Sin embargo es una historia de amor.

  Y si nos centramos en  «El Quijote»  vemos algo insólito: que el insigne caballero lucha contra todo esos vicios que se manifiestan en la obra de Alejandro Rojas. Y para hacerlo se engaña a sí mismo, sublime actitud plenamente justificada  pues de lo que se trata es de luchar contra la injusticia y ayudar a los  débiles y menesterosos, cosa que solo puede hacer un caballero que, como es preceptivo, necesita tener su dama, la sin par Dulcinea, que es  una simple campesina pero que él la tiene por princesa y bella entre las bellas. No duda en enfrentarse a los molinos, que para él  son gigantes,  aunque muerda el polvo en tan desigual batalla. Y para reafirmarse a sí mismo  la bacía de barbero es  para él el yelmo de Mambrino,  que torna invencible  a quien lo lleva… Puede decirse, pues, sin lugar a dudas que don Quijote es un idealista, lo demuestra en todos sus actos, sobre todo cuando, por amor a la libertad y a la justicia,  libera a los galeotes y estos, en agradecimiento, le dan una paliza que lo dejan malparado. En resumen ¿cuál es el tema de  El Quijote? La lucha del hombre por hacer realidad sus sueños. Y en esa lucha, o se cree más de lo que es o no lo conseguirá.

   Fijaos. Don Quijote se engañaba a sí mismo, pero denuncia las injusticias del mundo y lucha por acabar con ellas desde la integridad propia de un caballero.  Sin embargo, ¿no se engañaba también a si mismo  Calisto en su alocado deseo por conseguir los favores de su amada Melibea sin respetar principio alguno?  ¿Y qué consiguió con ello? Dejar un rastro de muerte que le alcanzó a él mismo. Sin embargo, Don Quijote dejó un rastro de vida por donde pasó. Y admiramos en él su maravillosa locura. No así a Calisto, que se dejó llevar de su egoísmo por satisfacer su pasión desencadenando con ello la tragedia.  Don Quijote llevó su pasión por ayudar a los demás y combatir la injustica a perjudicarse a sí mismo, luchó por un mundo mejor; Calisto solo luchó por satisfacer su lujuria arrastrando a la muerte a quien participó de su locura. En El Quijote vemos generosidad, en La Celestina, todo lo contrario. Aunque en ambas late la visión pesimista del mundo.

   Pero lo que se pone de manifiesto es que,  guiados por la generosidad o por el egoísmo, nos engañamos a nosotros mismos. Pero también se evidencia que, incluso en esto de engañarse a uno mismo,  no es igual hacerlo desde el  egoísmo  que guiado por la generosidad. El egoísmo es muerte; la generosidad es vida.

  Así que la cosa está clara. Si tuviéramos que destacar el tema predominante de la  Navidad  la palabra que nos viene a las mientes es la generosidad, ese concepto opuesto al egoísmo que acompaña al amor, capaz de vencer a la muerte. Aunque nos engañemos y luego descubramos que detrás está el egoísmo, pero detrás, no delante de la generosidad. Es lo que diferencia al personaje de Calisto de El Quijote.

   ¿Quién que sea generoso se atreve a decir que odia la Navidad? 
   Pues disfrutad de la Navidad, época de aguinaldos, de regalos, de DAR.

   Que el Nuevo Año os sea propicio.  

martes, 26 de diciembre de 2017

HISTORIAS DE NAVIDAD




  Resulta que hace unos meses un cuñado mío me trajo dos tubos fluorescentes de tecnología LED para la cocina, y me dijo que gastaban la mitad de los habituales y alumbraban el doble. ¡Genial! –le dije. Y ahí han estado durmiendo todo este tiempo hasta que hoy, mayormente acuciado por mi mujer, que se quejaba de que en la cocina había poca luz, he decidido cambiarlos.

   El primer problema con el que me he encontrado ha sido que los cebadores normales no valen, hay que ponerles unos especiales adaptados a las altas prestaciones de los luminosos referidos, con lo cual me he visto obligado a desenroscar la tulipa circular que va pegada al techo,  donde se alojan los cebadores y la reactancia. Todo esto después de quitar los fluorescentes que tenía que sustituir.  Desenrosco y me encuentro con que la reactancia está suelta en lugar de estar sujeta al techo, así que imaginaos la escena: yo subido en un taburete de madera haciendo equilibrio para no caerme, con una mano sujetando la tulipa donde está la reactancia y con la otra quitando los cebadores antiguos para cambiarlos por lo nuevos. Pero al fin lo conseguí, con alguna dificultad, pero lo conseguí.  Satisfecho vuelvo a colocar la tulipa en su sitio, enrosco la tuerca al tornillo que la sujeta, pongo los dos fluorescentes nuevos, le doy al interruptor de la luz y… que si quieres arroz Marcelina. ¿O es Catalina?

    Vuelvo a subirme al taburete, quito los fluorescentes, desenrosco, agarro la tulipa miro en su interior y, lo que me temía,  uno de los cables de la reactancia se había soltado. ¡Voto a bríos! Vuelvo a enroscar y sujetar al techo la tulipa, me bajo del taburete y busco un destornillador adecuado y un cúter para pelar el extremo del cable suelto. Vuelvo, me subo al taburete, desenrosco, sujeto la tulipa, agarro el cable con la misma mano que sujeto la maldita tulipa, cojo el cúter con la otra y trato de pelar el extremo del cable suelto; no solo no lo consigo sino que el otro cable, el que va a la toma de corriente, también se suelta y me quedo con él en la mano. Acordándome por primera vez de mi cuñado me meto el cable en el bolsillo, acoplo de nuevo la dichosa tulipa al techo, me bajo del taburete y pelo el cable por ambos extremos. Me vuelvo a subir al jodido taburete, desenrosco la dichosa tulipa, la sujeto con la mano izquierda, conecto el cable a la toma eléctrica con la derecha,  cojo el destornillador, aprieto el tornillo donde va alojado el cable, conecto el otro extremo a la reactancia ya sudando la gota gorda, lo consigo, encajo la tulipa al techo, cojo la tuerca para enroscarla al tornillo que la sujeta y...,  se produce la segunda catástrofe: la tuerca se me cae al suelo. Esta es la segunda vez que me acuerdo de mi cuñado. ¿Y ahora qué hago yo? –me digo. Llamo a mi mujer que está en la otra parte de la casa oyendo música y no me oye, ¡y eso que la llamé varias veces y a grito pelado! Así que no tengo más remedio que dejar pender la reactancia del cable que la sujeta a la toma de la corriente y bajarme al suelo a buscar la tuerca. No hago más que bajarme del taburete cuando escucho un golpetazo  a mis espaldas: ¿Que qué había pasado? Que el cable no había podido soportar el peso de la reactancia, se había soltado y había caído a plomo, menos mal que no me cayó en la cabeza, si no me avía.

   Recojo la maldita tuerca, recojo la reactancia asesina  y me acuerdo de mi cuñado por tercera vez.   Me subo otra vez al taburete, meto la reactancia en la tulipa y tras mucho esfuerzo consigo conectar el cable en su sitio de nuevo, pero no me salió gratis, pues el otro polo, el negativo, de tanto trasteo, se salió de la toma de corriente. Y vuelta a empezar. Desconecto el cable recién puesto, me bajo del taburete con la tulipa, la dejo sobre el mueble, me subo otra vez al taburete, pelo el extremo del cable, me bajo otra vez al suelo, cojo de nuevo la tulipa, me subo a la madre que parió al taburete, y sudando y acordándome de mi cuñado por cuarta vez consigo conectar ambos cables a la toma de corriente y a la reactancia. Resoplando como un remero coloco la tulipa de nuevo, enrosco la tuerca con un temor del infierno a que se me cayera otra vez, pongo los dichosos fluorescentes, me bajo del taburete, le doy al interruptor y que si quieres arroz  Filomena pa’comer (ya me da igual cómo se llame). Y me acuerdo por quinta vez de mi cuñado. Vuelvo a subirme al puñetero taburete, quito los fluorescentes, desenrosco la puñetera tuerca, cojo la tulipa, miro su interior y veo que todo está bien, todo está bien menos la reactancia, pues compruebo,  a punto de declararle la guerra al mundo, que está afectada en su parte plástica por el golpe. Y aquí me tenéis de nuevo desconectando la maldita reactancia mientras me acordaba ¿cuántas veces van ya?, de mi cuñado.

  Y no me queda otra que coger la reactancia, abrigarme y salir a la calle a buscar una ferretería para comprar una reactancia nueva. La compro por fin después de hacer cola diez minutos detrás de una mujer rumana que había comprado luces para una discoteca, vuelvo a casa y como mi mujer no puede ayudarme, escarmentado y temiendo que se pueda repetir la escena, llamo a un vecino para que me ayude. Y ya con él la cosa es diferente. ¿Por qué no lo hice antes? Pues ya sabéis, uno cree que lo puede  hacer solo, para qué voy a molestar a nadie... Entre los dos conectamos la reactancia muy bien, pues mientras él sujetaba yo conectaba, él subido en el  taburete de marras y yo  a una escalera para trabajar mejor, y así, mientras el sostiene la tulipa, yo conecto los cables, enrosco la tuerca al tornillo de la tulipa, coloco los fluorescentes, bajo al suelo, doy al interruptor de la luz y ¡oh sorpresa! ¡Se encienden!

   Se encienden, sí, pero mientras yo esperaba una luz como la misma luz del día aquello no pasaba de luciérnaga enamorada, un candil alumbraría más que los dos fluorescentes de mi cuñado, que se tenía que haber metido su idea debajo el ombligo,  así que no tuve más remedio que acordarme de nuevo de mi cuñado, subirme otra vez a la escalera, quitar los fluorescentes, aflojar la tuerca, coger la tulipa, retirar los cebadores especiales, poner los anteriores, volver a colocar la tulipa en su sitio, colocar los fluorescentes de toda la vida, bajarme de la escalera, dar al interruptor, comprobar con alivio que iluminaban como antes y dejarlo todo exactamente igual que cuando empezó la odisea después de dos horas de trabajo agotador.

   Cojo el teléfono, llamo a mi cuñado, y cuando descuelga le digo: «¡No se te ocurra traerme nunca más en tu vida un fluorescente, ¿te enteras?! Te los comes tú» Y colgué. Le di las gracias a mi vecino y le comento  «dos horas de trabajo para nada».  «No hombre, para nada no, me has dado la oportunidad de que te ayude». 

  Y al poco me llama mi cuñado y me dice: «Oye, que se me olvidó decirte que los fluorescentes leds no necesitan reactancia»


   ¡No me lo puedo creer! 

miércoles, 13 de diciembre de 2017

SOLEDAD

    


     


 ¿Convenís conmigo en que cuando una sociedad está  enferma sus síntomas  nos afectan a todos?  

  Pues hoy quiero llamar vuestra  atención sobre un padecimiento social del que deberíamos preocuparnos y ponerle remedio ya que  afecta a lo más sensible de la naturaleza humana: los sentimientos, esos que están presentes en casi todas nuestras decisiones y que son determinantes para nuestro equilibrio interno.

    Y no, no me refiero a quienes se empecinan en que todos vivamos de acuerdo con sus ideas, incluso  de sus  gustos y preferencias, esos que se empeñan en llevar a cabo toda una política de desinformación y adoctrinamiento para imponer su voluntad y mostrar lo propio como  la quinta esencia del bien y lo ajeno como el paradigma del mal, y  en su desvarío llegan a ser  tan cínicos que llaman fascistas a quienes no siguen sus dictados y pasan por alto que quienes obran con métodos fascistas son ellos. Toda  una escuela de perversión social que tiene consecuencias nefastas para la convivencia y la salud social, son como bombas de racimo, todo fundamentado  sobre falacias, pues haber nacido en un lugar determinado del mundo no puede utilizarse como argumento para nada, mucho menos para considerarse superior y por ello sentirse con derecho a imponer a otros sus fantasías políticas.

   No hace falta ser muy avispado para verles el plumero a los tales, sus mensajes no van dirigidos a la inteligencia, sino que  están concebidos para taponar o desdibujar esa vía,  pues saben que sus tesis no resisten el más somero de los análisis, concebidas para exacerbar  las emociones.  Y sí, es un problema de salud social, un problema que existe en la sociedad desde siempre y que el hombre no ha sabido resolver sino recurriendo a la guerra o a la violencia.  No creo que haga falta poner ejemplos, no hay más que darle un vistazo a la historia.

     El problema del que quiero hablaros  es un problema más cercano y personal, más humano, más vital, pues nos afecta de una manera mucho más directa.

   Enfrascados como estamos en “lo nuestro” no reparamos en el drama personal y familiar, a veces trágico,  que supone la separación matrimonial, por el trauma que supone para ambos cónyuges,  sus hijos y demás familia, y por las consecuencias que conlleva, que son muchas, pues cuando un matrimonio se rompe con él se rompen muchas cosas que ya nunca se podrán recomponer. No solo eso, sino que el fracaso matrimonial, que ya no es mera anécdota sino un verdadero problema social, va calando en la consciencia de nuestra juventud  que trata de buscar nuevas vías y formas de emparejarse que mitiguen  el trauma de la separación o le resten dramatismo, al tiempo que retrasan hasta edades casi imposibles traer hijos al mundo. Detrás de lo cual está el miedo a equivocarse y a fracasar.

    Sí, el miedo a comprometerse, ilusionarse  y a hacer proyectos de futuro para que, en un momento dado, todo se venga abajo por una infidelidad o por incompatibilidad de caracteres. Y lo malo es que, hasta que llegan a la conclusión  de que la mejor solución para ellos es separarse,  le han hecho vivir a sus hijos el infierno de las discusiones diarias y luego el trauma de la separación, que los marcará para siempre.  Separación que si es amistosa puede que el trauma no pase de ahí, pero si no lo es las consecuencias pueden ser devastadoras.

   Bueno, pues,  un problema de tamaña trascendencia social no se aborda como cabe esperar en una sociedad que aspira a mayores cotas de bienestar y justicia social y nivel de vida. Se  gastan millonadas en cosas innecesarias porque al político de turno le interesa que sea así para su mayor gloria personal, pero de los problemas reales de la sociedad, aquellos que inciden en la salud mental y emocional del ciudadano se olvidan o se marginan.

   ¿Alguien puede explicarme por qué no se estudia en los institutos este problema y se enseña a los jóvenes cómo superar una crisis de pareja y a superar el miedo al compromiso?  Si se sabe que la separación matrimonial y de pareja constituye un drama cuando no una tragedia, ¿por qué no se arbitran medios para reducir en todo lo posible sus nefastas consecuencias sociales, el drama personal y familiar que supone?

   Hay cosas que uno no entiende y estas es una de ellas. El daño inmenso que causa en el cuerpo social  las crisis de pareja y pareciera que la sociedad se resigna a que ese mal se enquiste y se convierta en endémico. ¿Por qué?

  A ver dónde están esos políticos a los que se les llena la boca de promesas de servir a los ciudadanos y resolverle sus problemas. Aquí tienen uno que nos los defraudará y que la ciudadanía sabría valorar en su justa medida, sobre todo  esa parte cada vez más numerosa de la población que sobrevive en soledad presos de la melancolía y mueren solos sin que nadie los eche de menos.
  


  

martes, 5 de diciembre de 2017

LIMPIAR







   Esta sociedad no acaba de darle a la educación la importancia que tiene en relación con la trascendencia de su buena aplicación. A mí se me ponen los pelos de punta de solo pensar en lo que nos estamos jugando de cara al futuro, futuro que está en manos de los jóvenes de hoy, de cuya educación va a depender lo que seamos o no seamos mañana, de lo que la humanidad sea o deje de ser, que si no es mejor que la actual hemos fracasado en toda regla, algo que no nos podemos permitir. Hasta que no cale en nosotros la idea de que de lo que hoy les enseñemos a nuestros hijos va a depender lo que seamos mañana la educación no será lo que debiera ser.  

   La educación es una de esas experiencias vitales que debiera estar presente en todas las facetas de la vida, que no solo debe estar dirigida a la obtención de conocimientos materiales, sino sobre todo al enriquecimiento en valores que nos permitan convivir desde la libertad y el respeto a los demás. De ahí la perversidad del adoctrinamiento, pues no tiene en cuenta el concepto fundamental de convivir y respetar. 

   Hay un concepto que conocemos todos que es el de «limpiar», que evidentemente se opone al de «ensuciar». Bueno, pues si les enseñáramos a nuestros niños que limpiar es una de esas tareas fundamentales de la vida de la que no podemos sustraernos, so pena que la mierda nos invada y nos esclavice, habremos dado el primer paso en el buen camino para una humanidad mejor.

  Sí, limpiar es básico para poder vivir, pero entendámonos, carecería de valor que limpiáramos  nuestra casa por fuera si no la limpiamos también por dentro, si al mismo tiempo que limpiamos nuestro cuerpo no limpiamos también nuestra mente, nuestra alma,  y la liberamos de adherencias indeseables.

  Una de las cosas que a mí particularmente más daño me hizo fue que me ocultaran aspectos básicos de la vida en mi niñez y en mi adolescencia, esos  que uno debe conocer para poder situarse y tomar partido y tener criterio para no ir por la vida dando bandazos. Porque crecer creyendo que hay buenos y malos, que los buenos son los tuyos, los de tu casa, tu calle, tu barrio, tu pueblo, tu ciudad, tu región, tu nación…, y que los demás son los malos es ensuciar el alma,  y una vez que se ensucia limpiarla cuesta, ya lo creo que cuesta. Porque al cabo, cuando creces, no solo en edad,  accedes a la verdad de las cosas y pierdes la inocencia, y aquellos que te dijeron que eran malos resulta que no lo eran, solo eran diferentes, y los que eran buenos, pues resulta que no eran tan buenos, no eran ni mejor ni peor que los demás, pero el trauma que te han creado quienes te educaron se queda, y si no quieres dejar de crecer  estás obligado a superarlo, es decir, a limpiarlo, pues al fin y al cabo crecer es eso, superar traumas, limpiar tu mente de escoria, pues los traumas generan odio, rencores, resentimientos, envidias, prejuicios… Y si no crecemos no solo comprometemos nuestro futuro, comprometemos el de la humanidad. 

   Entonces, si estamos de acuerdo en que la tarea del ser humano es limpiar ¿por qué se permite que haya quien educa ensuciando? ¿Por qué no se ponen de acuerdo todas las fuerzas y la comunidad educativa para arbitrar un sistema educativo que tenga como objetivo una educación libre de intoxicaciones ideológicas con la vista puesta en la consecución de una humanidad más justa, libre y limpia y creativa? ¿Y por qué no se ponen a disposición de esa idea todos los recursos necesarios para conseguirlo?


  Desde luego si otra humanidad es posible tiene que partir de esta premisa. 

domingo, 3 de diciembre de 2017

EL ZOMBI DEL POLÍGONO


   

    Yo no creo que haya zombis propiamente dichos, aunque como dicen los gallegos respecto a las meigas, haberlos ahilos. La sociedad esta llena de zombis, por desgracia. 

  Pero el caso es que voy a tener que creer que los hay, aunque el de mi caso no llega al nivel que llegaron aquellos zombis de la película "La noche de los muertos vivientes", que eso es lo que son los zombis, muertos vivientes que, por serlo, matan a los vivos para que todos sean iguales, al fin y al cabo lo que persiguen las ideologías que  sueñan con imponer el pensamiento único, propio de los regímenes totalitarios: que nadie disienta, que el pensamiento muera y solo prevalezca el de quien manda. Y si alguien diverge se le persigue y se le convierte en zombi. 

   Pues yo ta he tenido dos encuentros con una especie de zombi. El primero fue hace un año, y este año, hace unos días, el segundo. Lo cual es para para mosquearse, vamos que del castaño oscuro se ha pasado al negro. Si me pasa una tercera voy al programa de Iker Jiménez. 

    Iba yo tan tranquilo dando mi caminata matinal por uno de los polígonos industriales que hay por donde vivo, y he aquí  que veo venir hacia a mí a un individuo que ya en la distancia me pareció un zombi, por la forma de andar. "Un borracho" -pienso para mí. Pero a medida que se acercaba a mí ya no me parecía un zombi, ¡es que lo era! Los pelos de punta se me han puesto. 

   Al pasar a mi lado el tipo ni me miró, como si yo no existiera, tenía el color del azufre en su cara, feo, feo. Aún así, más asustado que alarmado le llamé la atención:«Perdone, ¿le ocurre algo? ¿Necesita usted ayuda?», le pregunté sin tenerlas todas conmigo. Entonces el tipo se para, se vuelve hacia mí y me dice: «No, gracias ¿no ve que estoy muerto? Y usted también lo está ¿es que no se ha dado cuenta?». Y siguió su camino. 

    Estoy por ir al médico.

jueves, 30 de noviembre de 2017

EL JUICIO A "LA MANADA"







Quiero plantearos una cuestión. Veréis. Cuando una abogado asume la defensa de su cliente, una vez que ha analizado el delito o los delitos de los que se le acusa y los incardina jurídicamente en el tipo penal que corresponda y que más beneficie al acusado, establece su línea de defensa, es decir, la estrategia a seguir para conseguir la absolución o, si ello no es posible,  que la pena que le caiga sea lo más leve posible.  Esto es lo que hacen, con mayor o menor sofisticación, todos los letrados, que incluye tratar de desmontar los argumentos de la acusación, descalificar las pruebas o debilitarlas para suscitar dudas en el tribunal, conseguir que se contradigan los testigos a fin de que su testimonio no se considere  fiable y,  cuando hay víctimas, buscar la manera de culpabilizarlas de lo ocurrido o responsabilizarlas de alguna forma. Por último, tratar de presentar a su defendido o defendidos ante el tribunal  como personas que no representan ningún peligro para la sociedad, como “buena gente”, vamos, aunque algo desorientados por sus circunstancias personales, etc.   A rasgos generales es así como se afronta un caso. Luego, la habilidad y la experiencia del abogado también cuenta.

   Si habéis seguido el juicio que se ha desarrollado estos días atrás en Pamplona y que ya ha quedado visto para sentencia, en el que se juzgaba a los componentes de un grupo de jóvenes sevillanos que ellos mismos se autodenominan “La manada”, acusados de violar a una joven en los pasados Sanfermines, seguro que os llamado la atención la estrategia que ha seguido el abogado que los ha defendido, que no difiere en prácticamente en nada de la que he descrito en el párrafo anterior. Ha tratado de descalificar el video en el que se ve la supuesta violación que él ha calificado de “relaciones consentidas”, ha culpabilizado a la víctima de tales relaciones, puesto que en ningún momento dijo “no” a la pretensión de los jóvenes de tener sexo con ella, sino que adoptó una actitud pasiva, que en el video se vio como disfrutaba y que si denunció los  hechos fue porque vio como la grabaron y quería impedir que colgaran el video en las redes, etc., etc., Y por último presentó a sus clientes, primero como “imbéciles y patanes”, “que no son ningún ejemplo a seguir”, pero que no obstante “son buenos hijos”, puesto que trabajan y los que no, están buscando trabajo.  Como veis, toda una estrategia legal para conseguir que sus defendidos salgan absueltos.

   Pero la estrategia de este abogado tiene sus puntos débiles, aunque será el juez quien los valore. Para empezar, que la pasividad y el silencio de la joven los presente  el abogado como prueba de su consentimiento a tener sexo con los componentes del grupo no se sostiene, pues supone admitir que el dicho popular “quien calla otorga” es una prueba irrefutable de consentimiento, lo cual es una falacia. Dar por cierto que quien calla otorga sin tener en cuenta las demás circunstancias del hecho es faltar a la verdad, a saber, la juventud de la chica, que estaba bebida, que estaba sola, que ellos eran cuatro, que la metieron en un portal, que ella adivinó sus intenciones y supo que si se oponía sería mucho peor y que podría peligrar su vida…, y entró en shock, por tanto ese argumento no se sostiene.

  Tampoco se sostiene la presunción de que la joven denunció el hecho porque vio que la estaban grabando, pues no deja de ser eso, una presunción, y sobre una presunción no se puede descalificar una acción.

  Y tampoco ha sido muy inteligente presentar a los acusados, primero como “imbéciles” y luego como “buenos hijos”. Que los presentara como imbéciles perseguía que el juez viera en ellos débiles mentales, pues eso es lo que significa la palabra “imbécil”, pues si el juez aprecia en ellos “debilidad mental” puede ser una atenuante. Lo malo es que uno de ellos es Guardia Civil y otro militar, y esas profesiones están sujetas a un examen psicotécnico previo a su ingreso en el cuerpo, por tanto es otro argumento que se cae por su propio peso.  Y ya lo de “buenos hijos” es de estampida general, pues un buen hijo no hace aquello que podría disgustar a sus padres, y ya tenían antecedentes por un hecho similar, así que de hijos modélicos nada de nada.

  Por tanto, desde mi punto de vista, el juez les va a aplicar el artículo 180. 1 y 2,  del Código Penal, por lo que puede que le caigan entre 12 y 15 años, pues es de aplicación lo tipificado en el artículo 179.   

   El abogado lleva razón al calificarlos de imbéciles, no porque lo sean, sino porque se han portado como auténticos imbéciles.   


miércoles, 29 de noviembre de 2017

NO ES LO MISMO





 Si de algo debería avergonzarse el ser humano es de obrar de acuerdo con su condición, es decir, de obrar de acuerdo con su egoísmo, que lo lleva a crear todo tipo de problemas en lugar de solucionarlos. Y ello es así porque el egoísmo no hace más felices a los humanos, pues los aísla a unos de otros, los enfrenta y los divide. El egoísmo, además, tiene una indeseable secuela: el odio. Sí, el egoísmo genera odio porque solo se tiene en cuenta a sí mismo y considera a los demás sus enemigos. Es decir, se hace daño a sí mismo pero no le importa porque se siente bien con tal de hacérselo a los demás. Los egoístas no resuelven problemas, los crean.

   Un egoísta nunca podrá disfrutar de la íntima satisfacción que produce resolver un problema del que depende la felicidad o, simplemente, la tranquilidad de alguien, por tanto, nunca podrá sentirse  un héroe. El egoísta, en realidad, es un villano. No lo mueve el amor a los demás, sino a sí mismo, por tanto solo se moverá si su movimiento le supone algún beneficio. El egoísta considera que lo que sienten, piensan y necesitan los demás es mucho menos importante que lo que siente, piensa y necesita él. 


   Al contrario del egoísta, el ser humano que obra esforzándose por superar su condición sentirá que, si por algo merece la pena vivir es por resolver problemas que ayuden a que este mundo sea un poco mejor, que ayuden a la gente a ser más feliz o a vivir más tranquila.

   Esta es la razón por la cual  yo nunca entenderé a las personas o a los grupos que, en lugar de resolver problemas, los crean. Por tanto, nunca confiaré en quienes van por la vida creando problemas en lugar de resolverlos o ayudar a resolverlos, pues los mueve el egoísmo. 


   Si podéis resolver un problema que ayude a alguien, hacedlo. Os sentiréis bien. 

martes, 28 de noviembre de 2017

REVOLUCIÓN SEXUAL






  A la chita callando, con mayor o menor descaro, y las más  de las veces con total naturalidad, las nuevas formas de vivir el sexo se están manifestando de una manera cada vez más evidente.

  Lo hemos visto de una manera palpable en la nueva edición de Operación Triunfo, donde los participantes han abordado y debatido sobre el tema con total normalidad. Por si queréis comprobarlo por vosotros mismos aquí os dejo el enlace: https://www.vanitatis.elconfidencial.com/television/2017-11-27/operacion-triunfo-ot-revolucion-sexual-tve-video_1484449/

   Donde han ensayado el tema e intentado desentrañar las siglas LGTBIQ+,.

  No es baladí el tema, pues hasta ahora teníamos claro que existían homosexuales y lesbianas que ocultaban su condición hasta donde podían, y cuando ya se hartaban de ocultarlo decidían “salir del armario”, que es como se conoce  el hecho de «declarar voluntaria y públicamente su homosexualidad», que ya de por sí supone un desafío a la sociedad y un acto de rebeldía  personal ante lo injusto. Ha habido casos realmente llamativos.

   Hasta ahora solo conocíamos, al menos en lo que a mí respecta, las siglas LGTB, sigla que se corresponde con las iniciales de las palabras  LesbianasGais, Bisexuales y Transexuales.  Pero en los últimos años se han ido añadiendo nuevas iniciales a la sigla, como la de las personas Intersexuales, Queer, Pansexuales y Asexuales, dando origen a la sigla LGTBIQPA.  Esta tendencia a añadir más siglas  ha dado lugar a la adición del signo de la suma +, que incluye cualesquiera otra tendencia sexual, con lo que la sigla completa quedaría LGTBIQPA+, que incluiría, por ejemplo, a los hermafroditas y otros.

   El término “queer” es el más desconocido, y viene a significar “raro” en sentido peyorativo, pues se trata de individuos que no son gays ni heterosexuales.

   En definitiva, que detrás de este movimiento heterogéneo de personas de diferentes sensibilidades y tendencias lo que late es un ansia de libertad sexual reprimida durante siglos y que hoy brota con una fuerza inusitada e imparable en el marco de las democracias occidentales, pues en otras sociedades donde la democracia es solo un sueño siguen encerrados en el armario.

  Esta realidad en sí no debería ser ni mala ni buena, es lo que es, pero como toda revolución cambiará muchas cosas, y no todas para bien. Lo que me pregunto es si acabará como todas las revoluciones que en el mundo han sido, es decir, mal, o esta se instalará en nuestra sociedad como algo normal sin que nadie se escandalice por ello. A más de uno le repugnará ver besarse a dos tíos en la calle, de acuerdo, pero es mucho más repugnante marginarlos porque su manera de sentir es diferente a la nuestra y obligarlos a la clandestinidad cuando no  al suicidio.


  Si aspiramos a una humanidad más justa todos hemos de tener cabida en ella, todos debemos disponer de nuestro espacio vital para llevar cabo nuestro proyecto de vida con el único límite de la ley.  

lunes, 27 de noviembre de 2017

AMOR Y ODIO

   
    



Que las relaciones humanas están basadas en el equilibrio existente entre el amor y el odio es una verdad difícil de desmontar. Ambos sentimientos se solapan mutuamente y unas veces se manifiesta uno y otras el otro. Según corresponda o venga a cuento. Pasa hasta en las mejores familias y en los más modélicos matrimonios,  así que imaginaos entre compañeros de trabajo o colegas. Ni siquiera los mejores amigos están libres del dichoso binomio.  

   En el ámbito de la política se manifiesta de manera más clara porque en ella hay mucho intereses creados y se tiran a degüello, por lo que no es extraño ni mucho menos constatar que los mayores enemigos de un político no los tiene en el partido rival, sino en el propio.  

  Ayer, quien viera el “Chester” y prestara atención a las respuestas de  María Teresa Campos a las preguntas de Risto Mejide comprobaría que la ecuación que comento es correcta. No podía la televisión quedar al margen de las premisas que presiden toda relación humana bien entendida, pues el amor de quienes trabajan en ella de compañeros no impiden que se odien, sino todo lo contrario. Lo puso de manifiesto la Campos de una manera clara al hablar de su compañera de profesión y fatigas televisas Ana Rosa Quintana, de la que no tuvo empacho en decir que es un mala compañera, pues no dudó en firmar un contrato para Antena 3 antes de que ella saliera de la cadena. Y le sentó mal, claro.  Y ahora va y lo suelta, libre ya de responsabilidades profesionales, cuando se siente libre de hacer y decir lo que le dé la gana sin que le importen las represalias.

   Sin embargo, ello no obsta para que a continuación afirme que ella quiere mucho a Ana Rosa Quitana, pero que una cosa no quita la otra.  Los ingredientes necesarios para que los medios metan baza y traten de enfrentarlas, que es lo que han hecho o tratado de hacer, pues eso vende. Lo que pasa es que ambas son sabias y saben sobrellevarlo.

   Pues así es la vida, hoy te quiero y mañana te mando a la mierda o te echo en cara que no estuviste a la altura cuando te necesité, etc., etc.

   El problema es cuando se rompe el equilibrio, pues  entonces estalla el conflicto, que es lo que ha pasado en Cataluña porque a los independentistas les ha interesado ir atizando la llama del odio contra España y todo lo español.  Y ha pasado lo que ha pasado,  y lo que seguirá pasando si no se evitan las causas que lo propician, causas artificiales sin duda, de ahí lo necesario y vital que es desmontar el falaz discurso nacionalista que basa en el odio su estrategia para llevar a cabo sus fines, palmariamente ilegítimos, pues pretenden decidir por ellos solos lo que nos afecta a todos. 

  Nos armaremos de paciencia. 
  
 

  

sábado, 25 de noviembre de 2017

LAS MENTIRA DE LA ILUSIÓN




   Una reflexión para este postrer sábado de noviembre. Nada de lo que hacemos es garantía de que nuestro esfuerzo finalmente obtendrá el premio que todo esfuerzo merece,  ni siquiera que otros no se aprovecharán  de él y tú quedes marginado. 

   Aun así el esfuerzo hay que realizarlo, pues por mucha mentira que suponga ilusionarte por conseguir algo cuya consecución es azarosa, te hará mucho más feliz que la verdad de no intentarlo por no haber garantía de lograrlo. 

   La vida es así, estamos obligados a ilusionarnos por conseguir la belleza aunque nadie nos garantice que vayamos a disfrutar de ella, pues no hacerlo es adelantar la muerte y hacer imposible el sueño de un mundo mejor.

  Sí, la ilusión es una mentira, pero sin ella nunca descubriríamos  la verdad.  


jueves, 23 de noviembre de 2017

¿QUÉ ES LO IMPORTANTE?







  Uno a estas altura no sabe que es lo importante para estar al día de lo que pasa. Pareciera que lo importante es lo que ocurre a nivel político, eso que se cuece en la Carrera de San Jerónimo de Madrid, donde los padres de la patria pareciera que debaten sobre el bienestar de España y los españoles, cuando en realidad cada cual lo que trata es de arrimar el ascua a su sardina, excepción hecha de los independentistas, que esos son de otra guerra y van a lo suyo,  destruir la imagen de España, para lo cual no les importa destruir la de Cataluña, pues total, como los van a seguir votando no se recatan en mostrar sus miserias. 

   Lo mismo podría decirse de Podemos, partido que presume de ser desleal a las instituciones y  que están al acecho de que se caiga algún testero de una fachada para recoger lo que caiga detrás. Menuda tropa. 

   Pero también es importante lo que publican los periódicos, pues suelen darle un repaso a la actualidad en general, solo que los periódicos también tienen sus pozos negros donde esconden su mierda; saber llegar a ella es necesario para saber si lo que publican es objetivo o simplemente se adecua a sus intereses, pues lo que prima  no es lo que de verdadero tenga la noticia, sino el morbo que despierte, pues es bien sabido que la verdad pura y dura no vende, lo que vende es la mentira, eso sí, bien elaborada para que parezca verdad. 

  Y así, noticias en apariencia inanes ellos las presentan como cosa de interés social, cuando en realidad solo persiguen vender papel o atraer visitas a su web.  De tal forma, hoy leemos como una discusión matrimonial  entre Piqué y Shakira en un restaurante barcelonés, del  que dan el nombre, ubicación  y alguno de sus platos más emblemáticos, es considerada noticia de interés. 

  El mismo caso que la noticia publicada  que nos informa que David Bustamante  y Paula Echevarría han discutido porque los dos quieren que su hija Daniella pase la Nochebuena con ellos, para luego decirnos que llegaron a un acuerdo y que la niña pasará la Nochebuena con su mamá y la Nochevieja con su Papá. Tiene huevos la cosa.

  Más serio es el asunto de las agresiones sexuales. Esto sí que saben explotarlo los periódicos bien para mantener en vilo al lector. El juicio que se está celebrando para juzgar a los integrantes de ese grupo de sevillanos que ellos mismos se autodenominan “La manada” genera toda una serie de noticias sabiamente dosificadas, no para informar realmente de lo que está más claro que el agua, sino para generar morbo que es lo que vende. Así, se hacen eco de declaraciones subjetivas que responden a la estrategia de culpabilizar a la víctima para salvar a los agresores. Así, en OK Diario podemos leer que Jesús Pérez, el abogado de los presuntos agresores de la joven, ha sugerido que la chica denunció no porque la hubiesen violado, sino porque la habían grabado. La cuestión es enfangar todo lo más que se pueda las noticias para desinformar y la gente desee “informarse” sin conseguirlo nunca.

  Seguiremos informando.




martes, 21 de noviembre de 2017

MENTIR, MALDITOS, MENTIR







    Está claro que lo que hoy atrae y se lleva es la mentira. Si quieres llamar la atención, miente. Si quieres ser un "influencer", miente. Si quieres tener decenas de miles de seguidores en las redes, miente, si quieres ser alguien en política, miente, si quieres abrirte paso en la vida, miente, si quieres vender, miente.. Y así podría seguir hasta el infinito. 

   Ha llegado a ser de tal magnitud esta verdad que la mentira invade sin pudor todos los ámbitos de la vida. La más sorprendente,  y preocupante,  es la de un bloguero, un tal Oliver, que afirma en Youtube sin ruborizarse que la tierra es plana, y se ha atrevido incluso a contradecir al respecto a Pedro Duque, que le ha preguntado incrédulo si de verdad hay alguien hoy día que crea que la tierra es plana. 

   Bueno, pues a pesar de ello, o tal vez por ello, este bloguero tiene casi 90.000 seguidores. Seguro que ha copiado las técnicas de los independentistas. Aunque a decir verdad tienen donde documentarse. 

   Así que ya lo sabéis, si queréis ser alguien en la vida,incluso llegar a ser presidentes de los EE.UU, mentir. No os privéis del placer de mentir y que vuestra mentira esté a la altura de vuestro ingenio. Disfrutaréis como enanos y comeréis caviar. 


   Por si acaso os interesa el tema:  ¿Habéis oído hablar de la "posverdad", ese palabro que al parecer no es nuevo y que está detrás del triunfo del Brexit y del de Donald Trump? Me he quedado de piedra cuando he sabido su significado, no porque me haya escandalizado, sino porque me ha confirmado en mis temores. Sobre semejante término se pronunció el año pasado el filósofo José Antonio Marina en "El Confidencial", y nos da su significado: "situación en que las emociones y creencias personales influyen más en la formación de la opinión pública que los hechos objetivos”. Es decir, que lo que significa es que "una falsedad continúa siendo aceptada a sabiendas de que es una falsedad, y se toman decisiones basándose en ella, porque no se considera importante que lo sea". Por eso ha triunfado el Brexit y ha ganado Donald Trump cuando nadie lo esperaba. Por eso el independentismo ha llegado donnde ha llegado. Desde luego, el artículo no tiene desperdicio y pone los pelos de punta. 

UN MAL HIJO






    Aquel padre trataba de hacerle comprender a su hijo que todas las decisiones que había tomado en su vida no lo habían conducido a ninguna parte, que siempre volvía al punto de partida por su equivocada manera de entender la realidad.  Por eso era lo que era y estaba  donde estaba.    

 —¡Y encima pretendes darle lecciones al mundo! –le reprochó finalmente con amargura.   

   —El mundo necesita de muchas lecciones, papá –respondió el hijo con un rictus de cansancio en su rostro-, pero llevas razón, como hijo te he decepcionado,  y reconozco que, pese a tus carencias personales, eres un buen padre, pero ese punto de locura que me anima en pos de lo imposible, y que tú no puedes entender, es lo que me mantiene vivo y me permite vadear la depresión y  conservar mi dignidad, para que no te culpes de nada.

  

   

lunes, 20 de noviembre de 2017

QUÉ HACER CON LA MIERDA DEL MUNDO


   


    En la vida está uno obligado a aprender día a día de la vida, como diría el poeta, golpe a golpe, verso a verso. Yo he tenido que aprender a ser "malo" para poder ser "bueno". No es ninguna contradicción, al contrario, en el sentido de que cuando la vida da razones para llorar, hay que saber buscar razones para reír y que nadie pueda borrar tu sonrisa. Ello a pesar de que vivimos en un mundo que cada vez me gusta menos. 
   
   Un mundo en el que se vende la intimidad  no es un mundo sano.

   Un mundo en el que cualquiera puede invadir tu intimidad,  no es un mundo seguro.

   Un mundo en el que no se respeta nada, que lo que prevalece en él es egoísmo y el interés particular, no es mundo grato. 

  Un mundo en el que cada cual va a lo suyo, no es mundo con futuro. 

  Un mundo en el que el poder abusa, adoctrina y miente no es un mundo justo.

   No, no me gusta este mundo. Pero no tengo donde ir, no conozco otro mejor, así que lo único que puedo hacer es tratar de mejorarlo en lo que de mí dependa, que cuando me vaya pueda decir que he limpiado más que he ensuciado. 

   Una forma de hacerlo es utilizar la mierda que dejan los que ensucian el mundo para abonar mi jardín. 

martes, 3 de octubre de 2017

¿FE EN EL HOMBRE?








   ¿Fe en el hombre con lo que está cayendo? Ni de coña. La fe que se puede tener en el hombre es la que uno tiene en sí mismo para intentar ser hombre. Creo más en el perro que ha salvado 29 vidas en el terremoto de México que en esos jóvenes que han evitado un suicidio en Londres. Así de triste es la cosa. Y no es que yo le reste valor a ese bello gesto que yo emularía sin pensarlo, pero no es con gestos aislados como el hombre se gana el derecho a que se tenga fe en el hombre.

   Cuando veo que hay padres que se llevan a sus hijos, niños de corta edad, a utilizarlos como escudos contra la Policía,  a los que se adoctrina en el odio y la xenofobia a lo español ¿cómo se puede creer en el hombre? ¿Se puede creer en el hombre que es capaz de llevar al desastre a una nación por ocultar sus miserias? ¿Se puede tener fe en el hombre que es capaz, mediante técnicas de marketing político y cultural, imbuir en un millón de personas el odio a España y la xenofobia a los españoles? Porque el día que se descubra lo que realmente hay detrás de la criminal actitud de los que gobiernan Cataluña muchos catalanes de buena fe se darán de cabezazos contra la pared, al saberse utilizados obscenamente para que ellos, sus gobernantes,  salven su pellejo por su pésima gestión y su latrocinio.  

   Todos nos esmeramos en  representar la comedia de la vida, de que  somos buenas personas y ejemplares ciudadanos,  pero  en absoluto lo somos, de hecho nadie es bueno porque no sabemos qué es ser bueno, ni para qué sirve ser bueno, de hecho, ser “bueno” puede ser hasta contraproducente.  Ahí tenemos a nuestro ínclito Presidente señor Rajoy que ha confiado en lo que alguien le ha dicho de que no iba a pasar nada y mirad si ha pasado, con lo que tenemos que darle la razón a Freud cuando dijo que «los buenos son los que se contentan con soñar aquello que los malos hacen realidad». Así que hala, a soñar, que no cuesta nada y pensar que lo de Cataluña lo va a arreglar la bondad y la buena fe. 

   Nos esforzamos por convivir,  por disimular nuestras pasiones, reprimimos  nuestros impulsos más primarios,  ayudamos a los demás como forma de ayudarnos a nosotros mismos, nos relacionamos unos con otros para no enloquecer, para disimular que no nos soportamos ni a nosotros mismos.., pero enfrentados a la realidad de la vida cada cual va a lo suyo, esto no hay quien lo cambie, y la realidad de la vida es que hay que ganarse el pan. Esta realidad es que han sabido explotar muy bien los nacionalistas  inculcando ideas tóxicas en los catalanes, pintándoles una arcadia feliz en su Catalonia y demonizando a España, la nación represora de las libertades catalanas.

   Siempre estaremos solos, siempre nos acompañará la angustia de la existencia, siempre buscaremos maneras de resistir, siempre buscaremos enemigos para justificar nuestros actos, y cuando todo nos falla nuestra única opción es poner nuestra fe en Dios si creemos en él, porque sabemos que el hombre jamás se puede confiar. ¿Cómo se puede creer en el hombre si su estupidez no tiene límites? ¿Cómo se puede creer en ese hombre que predica una cosa y hace la contraria? Ahí tenéis el ejemplo de la izquierda de nuestro maltratado país, de ese partido llamado “Podemos”, que se manifiesta contra la xenofobia y el machismo y se alía con el nacionalismo excluyente y xenófobo que pretende destrozar a España sin pudor. ¿Y ellos son los que se tienen por patriotas? El patriotismo es el amor a la patria y ellos rezuman odio.  ¿Y sabéis por qué? Porque la derecha les ha ocupado espacio y los ha dejado sin argumentos, y para compensar se arriman a lo más rancio y ruin del planeta.  ¡Si Marx levantara la cabeza! Ahí tenemos a  la señora Colau, que tanto habla de defender derechos y democracia y a la que no importaría que España se vaya al carajo, debería aprender del activismo del PP y del PSOE en el País Vasco durante los años en que la banda etarra tenía secuestrada a la sociedad vasca mediante el terror. ¡Eso sí era defender la libertad y la democracia jugándose la vida! Y no ella, una recién llegada que se tutea con los  afines a Bildu y reciben a Otegui como un hombre de paz en Cataluña y llaman fascista a Juan Manuel Serrat.  Así que lecciones de democracia, ninguna, señora Colau. De tener fe en  usted y sus postulados, mucho menos, señora.

   Tendríamos hoy un poco más de fe en el hombre si el PSOE se hubiera sacudido sus complejos y hubiera formado gobierno de coalición con PP y Ciudadanos, pero ni siquiera fue capaz de votar en el Congreso el apoyo el Gobierno en el conflicto catalán. Si hubiera tenido visión de futuro y Sánchez fuera un hombre de Estado esa coalición se hubiera producido y se hubiera evitado que llegáramos  a esta situación de angustia e incertidumbre, y hoy no estaría dividido y sería un partido en el que confiarían los españoles. Pero prefirieron arrimarse a Podemos y “entender” a los soberanistas que odian y menosprecian  a España antes que aliarse con el PP porque es un partido corrupto, ¡como si ellos fueran inocentes! Lo que pasa es que su líder no es líder de nada, es un inepto, un hipócrita. ¿Fe en el hombre? Desde que Hobbes, en un alarde de lucidez lo calificara como un lobo para el hombre la fe que pudiéramos tener en él se vino abajo.  Por eso inventó a Dios y los que acabaron por no creer en él  inventaron el comunismo.  


   Es en estos casos, en estos momentos de angustia e incertidumbre, cuando se manifiesta en toda su crudeza la soledad del hombre, de ese hombre que sufre y se angustia cuando mira a su alrededor y se sabe solo.  Si nuestros políticos no saben solucionar el conflicto de Cataluña, y hasta ahora no han sabido hacerlo ni parece que tengan las ideas claras de cómo hacerlo, tal  vez España debería echarse a la calle y que su clamor se levante por encima de su incompetencia y les digamos que lo arreglen ya y sino que se vayan y dejen paso a otros.