domingo, 27 de diciembre de 2015

COMO SI FUERA LO QUE NO SOY






     Seguramente el mayor problema del hombre es que se ha debatido siempre, y lo seguirá haciendo, entre lo que es y lo que debiera ser, que lo ha llevado a cometer todo tipo de errores, locuras, injusticias y algún que otro acierto.

   El concepto de igualdad es uno de esos sueños que el hombre ha alimentado desde antiguo, motivado sin duda por la injusticia que supone que unos pocos gocen de todos los privilegios mientras muchos de ninguno, situación que, por no haber sabido corregirse, ha propiciado todo tipo de revoluciones, las más cercanas a nosotros y las más trascendentes fueron  la burguesa de 1789, conocida como la Revolución Francesa,  y más tarde la Revolución de Octubre de 1917, la de los bolcheviques,  que trajo la dictadura del proletariado, antesala del paraíso igualitario que terminó en pesadilla.

   Desde entonces ha llovido, ¿y qué ha quedado? Se ha implantado la democracia más o menos formal en gran parte del mundo, se han reconocido derechos y libertades formales, se ha reconocido la igualdad de todos ante la ley y se ha avanzado algo en el terreno de la justicia y el orden y en el bienestar social, pero en lo esencial seguimos estando donde estábamos: no somos iguales. No somos iguales en muchos aspectos, ni siquiera genéticamente lo somos, somos seres humanos, en eso sí estamos de acuerdo, pero luego cada uno es cada uno. O cada una, que es a lo que voy.

   Una de las luchas más recurrentes y persistentes de las distintas organizaciones que han abrazado la bandera de la igualdad ha sido la de conseguir la igualdad entre hombres y mujeres, de ahí nació el feminismo y demás movimientos culturales,  políticos, económicos y sociales, que luego se han concretado en multitud de diferentes feminismos. O sea, que pese a perseguir todos la misma meta cada cual lo hace a su forma, lo cual debería bastar para comprender que la igualdad es una utopía.

   El problema que yo veo en esto de la igualdad, que está muy bien, pues no se entendería que el hombre tuviera más derechos que la mujer por el simple hecho de ser hombre, es que aquí también se confunde el ser con el deber ser, cuando la realidad es que somos como somos y no podemos ser de otra manera. Si algo iguala a hombres y a mujeres es que son seres humanos, en esto no hay discusión posible, pero ¿qué caracteriza a un ser humano?: La contradicción. Todos buscamos lo mismo, la felicidad, pero cada cual la busca a su manera, y ahí ya empiezan los problemas que afectan a la propia responsabilidad, pues si bien nadie niega  que hombres y mujeres tienen derecho a buscar la felicidad,  si no son responsables y no ponen límites esa búsqueda la convertirán en una causa de infelicidad.

   Por tanto, podemos decir que somos iguales, pero en la práctica somos como somos, cada uno es cada uno, la mujer es la mujer y el hombre es el hombre. Y esto, mientras no seamos responsables, siempre será así.

  Podemos argüir que hay causas que nos hacen ser responsables por encima de nuestras particularidades. Puede ser que las haya, pero no nos engañemos, a la hora de la verdad arrimaremos el ascua a nuestra sardina aunque nos quememos. Ahí tenemos, sin ir más lejos, la situación creada en España después  de las elecciones del 20D, en que lo que debiera imponerse es  la responsabilidad de todos para hacer gobernable el país teniendo en cuenta los intereses generales de todos los españoles, pero como todos quieren el poder para imponer su programa y disfrutar de los privilegios que otorga el poder, su sentido de la responsabilidad no va más allá de manifestar su predisposición al diálogo, pero ni el PSOE de avendrá a pactar con el PP, ni Podemos permitirá que el PSOE gobierne con su apoyo si no acepta sus postulados programáticos, ni por supuesto Ciudadanos apoyaría un gobierno de PSOE-Podemos si estos no renuncian a las líneas que son básicas para ellos y tabú para aquellos.  Y como no se pondrán de acuerdo habrá que ir a nuevas elecciones, pues la única forma de que no las haya es que PP y PSOE pacten un acuerdo. Y no lo harán porque para el líder del PSOE Rajoy es un “indecente” y para Rajoy Sánchez es un “miserable ruin”. Y mientras los nacionalistas y demás fuerzas anti sistema frotándose las manos de gusto. ¿Dónde está el sentido de la responsabilidad? 

  Así que podemos seguir diciendo que somos iguales, pero cada uno es cada uno.