viernes, 28 de febrero de 2014

PALABRAS DE INVIERNO



  




Permitidme la licencia de traer a mi blog uno  de los relatos de mi libro "PALABRAS DE INVIERNO", publicado por Editorial Atlantis. Lo traigo porque viene a colación, por la época y por lo que está pasando. Espero que disfrutéis de él. 

oooOOooo

 Huele a despedida, el invierno despide a un año para entrar en otro, se va consumiendo a sí mismo. En la vida todo se consume, todo tiene su hora de partida, su  hora del adiós, un desfile continuo de salidas y partidas que van dejando su huella en nosotros casi siempre en forma de desengaño. Pero a veces la muerte se equivoca, llama a la puerta de quien no está dispuesto a morir porque su muerte significaría la muerte de la propia muerte.


DESPEDIDA 




Llegó de madrugada,  con la niebla y el frío, cuando aún las sombras eran dueñas de la hora.  Nadie la vio llegar ni nadie la esperaba. En su caminar, lento y parsimonioso,  pareciera  no tocar el suelo,  como si tuviera el tiempo medido o fuera su dueña. Tocada de  larga túnica negra con capucha, si no era la malquista solo podía ser su sombra.  
   Se paró ante una puerta de madera claveteada y descolorida, sin llamador y con gatera. Tocó con los nudillos y esperó. Su morador tardó en abrir, sin embargo la sombra permaneció impasible ante la puerta, como si supiera que su ocupante acabaría abriendo.
  Por fin alguien abrió. Lo hizo despacio, pero sin titubeo. Su figura se perfiló por completo en el vano  mirando asombrado y curioso a la recién llegada. Era alto y esquelético,  renegrido y pálido, con barba hirsuta y cabello revuelto, una sombra de lo que algún día fuera.  Se miraron, miradas sombrías y cansadas que  lo dijeron todo sin decir nada.  
   --No te esperaba –dijo el inquilino a modo de saludo.
  --Nadie me espera nunca –respondió la otra indiferente con voz dura y cavernosa.   
  --Ya que has venido, pasa, no te quedes en la puerta –invitó secamente. 
  --Gracias, pero no vengo de visita sino a llevarte conmigo  –arguyó la ingrata.  
--Sí, ya sé que la última palabra es tuya, pero tengo algo que decirte que tal vez la posponga  –insistió el de la casa.
  --De acuerdo, entraré ya que insistes –accedió molesta y de mala gana la visitante del alba- pero todo argumento es inútil, toda palabra, huera.  
   Entraron en la cocina  y ambas se sentaron al lado de la chimenea, una frente a la otra,  sin ceremonias, en silencio.
   --Me extraña que no llores, todos lloran cuando llego –refirió  la de lúgubre túnica y gélida mirada. 
  --Más me extraña a mí que tú digas eso  –respondió el sorprendido anfitrión con un matiz de dureza quien, a la luz de la lumbre, pareciera más persona, menos sombra.
  La sombra espectral, que debía ser si no la misma muerte, la muerte misma,  lo miró de hito en hito, sin entender.  
  --¿Y qué tienes tú de especial que no tengan los demás? –preguntó con un punto de irritación  e impaciencia en su voz, dura como el pedernal.
  --Otra pregunta cuya respuesta no deberías ignorar –sentenció de nuevo el de rostro renegrido y cabello revuelto- ¿o acaso es verdad lo que dicen de ti?
  --¡Se dicen muchas cosas de mí! –exclamó despectiva la embozada.
  --Se dice de ti  que eres ciega, insensible y fría, malhadada e inoportuna  –refregó  el visitado sin alterarse, muy sereno y un punto  desafiante-, sin criterio y boba.
   La que no era sino la misma calva soltó una estentórea carcajada que retumbó entre las desnudas paredes de la modesta estancia.
   --Yo soy así porque debo ser de esa manera, es mi deber, imprescindible para mi misión, pero vosotros ¿cómo sois? –preguntó sarcástica y mordaz- Yo te lo diré, triste mortal: pretendéis ser luz y no pasáis de ser sombras en fase de especificación,  solo os dais cuenta de lo que sois cuando yo aparezco, cuando ya es demasiado tarde. No merecéis que sea de otra forma.  
  --Pero en este caso has errado en tu pronóstico, sombra hedionda –puntualizó el de la barba hirsuta sacando pecho y apuntándola con su índice.
  La de la guadaña miró con inusitada fijeza a aquella figura desgarbada y triste  para asegurarse de que estaba ante quien tenía que estar.
  --Yo no veo en ti a nadie especial, eres un mortal más que se resiste a su suerte,  yo nunca me equivoco –acabó sentenciando dando síntomas de impacientarse.
  --¿No has oído hablar de mí? –preguntó el hombre pálido sorprendido, estupefacto.
  --Yo solo debo saber dos cosas: tu nombre y que ha llegado tu hora, no necesito saber nada más –replicó la chicharrona con fastidio, tratando de poner fin al absurdo diálogo.
   --¿Estás segura? –preguntó ahora el otro con una casi imperceptible ironía, como disfrutando.
  --¿Acaso lo dudas? –respondió  soberbia e incómoda- tú eres don Quijote de la Mancha y vengo a por ti, tu recorrido en este mundo ha acabado. Y basta ya de cháchara.
   Entonces, con gran dignidad y parsimonia, el hidalgo de lanza en astillero y adarga antigua, el Señor de la Mancha, se levanto ofendido de su asiento  y, dirigiéndose a su insolente e intempestiva interlocutora, le dijo:
  --Te has equivocado, patas de hilo, raya pelona, soy como bien dices don Quijote de la Mancha, el  Caballero de la Triste Figura, pero  ignoras que soy inmortal, sombra ciega, fría en insensible además de sorda y desmemoriada, sayona y malandrín. Vete por donde has venido si no quieres que te convierta en vida antes del alba.
  --¡Pobre don Quijote de la Mancha, se resiste a morir! –se jactó la parca dando una carcajada- Tú ya no eres nadie, perteneces a un tiempo caduco y lejano, olvidado.
 --¡Cómo te atreves, pelleja inmunda! Don Quijote soy, y mi profesión la de andante caballería. Son mis leyes, el deshacer entuertos, prodigar el bien y evitar el mal. Huyo de la vida regalada, de la ambición y la hipocresía, y busco para mi propia gloria la senda más angosta y difícil. Esto nunca envejece.
 --Pero el mundo sí, y el hombre también, y tú perteneces a otro tiempo –sentenció la segadora jactanciosa riéndose-, tanto ir por caminos y veredas defendiendo al débil  y deshaciendo entuertos no han servido para nada, el mundo te ha olvidado, viejo loco,  y el olvido soy yo.
  --Te equivocas, sombra pelona –protestó el caballero- en cada hombre late un quijote.
 --Te equivocas tú, vejestorio trasnochado –rebatió la mocha-, hoy solo late lo peor de Sancho en cada hombre.
--Con mayor motivo no debo morir, el mundo me necesita, vieja chocha –objetó el hidalgo manchego con ardor.
 --Pero si eres un  viejo carcamal –se burló  la rasera levantándose.  
--Más vieja eres tú y sigues cumpliendo con tu misión- contradijo Don Quijote- ¿o tal vez no?
   Y en estas  amaneció y la innombrada se esfumó sin poder responder.
   El Caballero permaneció de pie en el centro de la pieza, erguido, un punto desafiante, tal vez reflexionando sobre lo que acababa de vivir. De pronto se puso en movimiento, salió con paso presuroso al portal y  gritó:
   --¡Sancho, amigo Sancho, ensilla a Rocinante que el mundo  nos necesita!





YO SOY MI BOLSO Y YO




  
Es negro, piel de cocodrilo escama fina, valioso, discreto,  asas largas, elegantes y delicadas, como mis manos. De tamaño generoso, para que quepan en él todo tipo de secretos, tanto propios como ajenos,  sobre todo  inconfesables, con candado y herrajes de oro.  Su interior, como yo, con muchos apartados  disimulados con cremallera y uno grande central, para las bagatelas. Me pone llevar los secretos colgados del brazo,  descarga psicológicamente, alivia la angustia y distrae del estrés. Es como si todo lo sucio de tu vida no fuera tuyo, sino de otros. Y como la gente solo se fija en lo externo me envidian. Nadie imagina que no soy yo quien lleva el bolso sino el bolso quien me lleva a mí.

miércoles, 19 de febrero de 2014

DE MENTIRAS Y OTRAS HISTORIAS







Cuando uno repara en cómo funciona el mundo entiende perfectamente lo que es el caos. Lo que ya es más difícil de entender es que no estemos todos locos, aunque mucho me temo que al paso que vamos no tardaremos en estarlo, pues cada día hay más. 

   Uno se da cuenta enseguida de este fenómeno con solo leer las portadas de los periódicos: cada cual va a lo suyo y cuenta las cosas, no cómo realmente son, sino como debieran ser. O mejor dicho, como debieran ser para quien las narra. Lógico es deducir que con ello cada cual persigue su propio interés, que va desde convencer a indecisos e ignorantes de algo –ahí tenemos a Más y a sus adláteres ocultando la realidad cuando no falseándola para conseguirlo- incrementar la tirada del medio en cuestión, ganar votos, simular que se está en un sitio cuando se está en otro… En una palabra, arrimar el ascua a su sardina que es lo que persigue la falacia, pues sabido es que la mentira se sigue utilizando impunemente porque es mucha la ignorancia.  El día que todos sepamos de qué va esto, y cada vez somos más, el mentiroso tendrá que irse  a Marte a medrar. O tal vez no, pues seguro que se inventará algo para que cuelen sus trolas. De esta ignorancia es de la que se aprovechan todos los  que tienen cosas que ocultar o les interesa que se crea algo cuando la realidad no beneficia sus intereses.

    También se miente con objetivos menos claros, pero que no lo sean no quiere decir que no existan, sino que no alcanzamos a ver por dónde van los tiros. Ahí están para corroborarlo dos grandes cabeceras de la prensa mundial, “The Telegraph”,   y “New York Times”,    se ocupan de España con unas intenciones más bien aviesas, el primero  empeñado en dar una imagen negativa y trasnochada de España en su cruzada particular contra ella, que vete a saber por qué el periódico de los tories nos tiene tirria, seguramente porque quiere continuar con la leyenda negra que se inventaron sus antepasados, y el “New York Times”, que viene a decir más o menos que poco puede esperarse de un país que cena a las diez de la noche y echa la siesta en pleno siglo XXI, que eso es un atraso. Con las mejores intenciones, claro. Pero a la hora de reconocernos méritos, ninguno, siguen creyendo en la leyenda negra que inventaron los ingleses contra nosotros.   Seguramente para justificar lo del Maine en Cuba. Y ya, si hablamos de ciertos diarios al norte de los Pirineos que de vez en cuando se acuerdan de nosotros… En fin. 

  Algunos, incluso, con tal de dar una noticia impactante que eleve la venta del medio oculta lo principal  para destacar lo accesorio de ella. Que es una forma de mentir.  Anteayer, por ejemplo, saltaba la noticia, propagada por las redes sociales por todo el mundo como un rayo, de la que se hicieron eco todos los periódicos  del mundo, que un niño había cruzado solo el desierto de Siria. Y para ilustrarlo mostraban la fotografía de un niño de unos siete años con una bolsa de plástico en la mano andando por el desierto como si acabara de salir de su casa.   Ayer se apresuran a desmentirla, pues lo que realmente había pasado es que el niño se despistó en la frontera y se separó de sus padres, que venían a  unos cincuenta metros atrás huyendo del infierno de la guerra siria. ¿Cómo es posible que dieran por hecho que el niño había cruzado el desierto solo? 

     Otra muestra de la irrealidad en que se mueven los intereses de la clase dirigente  la tenemos en lo que está ocurriendo en Navarra, donde los socialistas de esa comunidad amagaron con presentar una moción de censura de la mano de Bildu para echar a la presidenta Barcina, al parecer sospechosa de corrupción. Hay que estar desesperados para ponerse en las manos de los proetarras con tal de pisar moqueta. ¿Estos son los que aspiran a ganar las próximas elecciones? Es que la sombra de Zapatero es jodidamente alargada. Para empatarla el PSOE pone el grito en el cielo por la tragedia de Ceuta, donde murieron quince desesperados de la vida cuando trataban de entrar a España nadando desde Marruecos, piden la comparecencia del Ministro, piden la dimisión del Director de la Guardia Civil, piden una comisión de investigación y bla bla, bla bla. Estoy esperando que también pidan la dimisión del Director de la Guardia Civil y la comparecencia inmediata del Ministro por permitir que ayer se colaran por la valla de Melilla 150 africanos desesperados de la vida que nos no traerán sino problemas y poner en peligro nuestra estabilidad social. No han dicho ni pío. ¿Estos son los que aspiran a gobernarnos? Coqueteando con Bildu y atacando a la Guardia Civil. Por eso se ha apresurado a decir que la actuación de la Guardia Civil en Ceuta es “imposible” de defender. Lo dice nada más y nada menos que quien fue Ministro del Interior con el gobierno del ínclito Zapatero. No está mal, señor Rubalcaba, que a un ex ministro se le olviden sus propios argumentos defenddiendo a la Guardia Civil en situaciones parecidas. Lo suyo es patético. Y para lavarse la cara la CE pide explicaciones de lo sucedido en Ceuta al Gobierno cuando lo que debiera hacer es ayudar a que ese tipo de sucesos no vuelvan a tener lugar. Que lo tendrán. Lo que pasa en Ceuta y Melilla es insostenible, y se veía venir. Y ahora, claro, nos rasgamos las vestiduras. Menuda panda de hipócritas, oportunistas y charranes. 

  Por lo demás, enrojece lo de la Justicia en España. Empezando por el Tribunal Constitucional, que a juzgar por los servicios que ha prestado a la causa de la Justicia debiera desaparecer ya.  Ni siquiera se pone de acuerdo a la hora de determinar si la declaración soberanista del Parlamento de Cataluña tiene consecuencias jurídicas o solo políticas, cuando está más claro que el agua clara que tiene ambas consecuencias. ¡Cómo será la servidumbre de sus componentes que ni siquiera cuando está en juego la integridad de España dejan de discutir la eterna cuestión de si son galgos o son podencos! 

   Mejor no seguir porque tendría que acordarme de Miguel Blesa y demás banqueros que han vaciado los bancos, pero las c´rceles están vacías d esu presencia, y para un juez que se atrevió a meter a uno lo han empapelado.  O lo de los EREs en Andalucía, que está implicado hasta el gato, o la trama Gürtel y lo de Bárcenas, que tiene pringado al PP hasta el cuello, o Noos, que ha puesto en jaque a la monarquía, Marbella, que aún colea, el escándalo de las subvenciones a los sindicatos en Andalucía…   Del Nido, que sigue en libertad, lo mismo que Ortega Cano… Pero ¿quién cumple con la ley en este país? Ciertamente la justicia es un auténtico cachondeo y la política un lodazal. 

   ¿Así cómo nos van  a tomar en serio por mucho que Rajoy diga que somos un país serio? ¿Cómo va a presumir  un país de ser serio si cena a las 10 de la noche y  la siesta es una tradición en la misma línea que la fiesta nacional? El The Telegraph y New York Times tienen un verdadero filón para darnos tralla. Estos, y como digo cualquier otro  periódico europeo que nos mira por encima del hombro y a la más mínima nos manda un recadito recordándonos quienes somos. ¡Manda huevos!  

   No sabemos ser grandes, nos da  vértigo la grandeza. Así nos va. A ver qué periódico español se mete con los ingleses, o con los franceses o con los americanos y se ríe de ellos como se ríen ellos de nosotros. Claro que daría igual, pues no se enteraría nadie.
  
 17/02/2014